La historia de Weleda hunde sus raíces en la visión innovadora de la pionera doctora Ita Wegman y del filósofo Rudolf Steiner. ¿Su ambición? Desarrollar un enfoque holístico de la salud, basado en el equilibrio natural entre el hombre y su entorno. En 1921, decidieron fundar los primeros laboratorios Weleda en Suiza y Alemania.
Basándose en una filosofía antroposófica, Weleda abogaba por la medicina natural, utilizando los recursos de la naturaleza para restaurar la armonía del cuerpo y la mente. La empresa se estableció rápidamente como un actor clave en el campo de los medicamentos homeopáticos, los tratamientos fitoterapéuticos y los cosméticos ecológicos.
A lo largo de las décadas siguientes, Weleda desarrolló una serie de gamas innovadoras, basadas en procesos respetuosos con el medio ambiente y en conocimientos ancestrales. La empresa es reconocida en todo el mundo por su compromiso con la producción responsable y la total transparencia hacia sus consumidores.
Desde hace más de un siglo, Weleda se ha comprometido a respetar a las personas y el medio ambiente. Esto se refleja en nuestras rigurosas prácticas biodinámicas, de comercio justo y de sostenibilidad.
La agricultura biodinámica es uno de los pilares fundacionales de Weleda. Inspirado en los principios desarrollados por Rudolf Steiner, este método pretende potenciar la vitalidad del suelo y de las plantas, utilizando prácticas naturales que respetan los ciclos biológicos. En los jardines de Weleda, cada planta se cultiva sin pesticidas ni fertilizantes químicos, lo que garantiza una calidad y eficacia óptimas de los principios activos vegetales.
El comercio justo es otro de los firmes compromisos de la marca. Weleda trabaja con agricultores y proveedores de todo el mundo, garantizando unas condiciones de trabajo justas y un precio justo por las materias primas. Este compromiso no sólo ayuda a preservar los recursos naturales, sino que también apoya a las comunidades locales en el desarrollo sostenible de sus negocios.
Weleda también se compromete a reducir su huella ecológica. Esto implica envases reciclables, el uso de energías renovables en sus centros de producción y métodos de fabricación que minimizan el impacto medioambiental.
Weleda desarrolla cosméticos innovadores inspirados en las fuerzas vitales de la naturaleza. Sus fórmulas combinan aceites vegetales ricos en ácidos grasos esenciales, extractos de plantas medicinales y aceites esenciales naturales.
Cada ingrediente se selecciona cuidadosamente por sus virtudes naturales, garantizando productos sanos, eficaces y seguros. Weleda no utiliza aceites minerales, siliconas, parabenos ni microplásticos, protegiendo así su piel y el planeta.
La eficacia de los productos Weleda se basa en un equilibrio perfecto entre tradición e innovación. Gracias a décadas de investigación, la marca es capaz de desarrollar productos de cuidado de eficacia probada que responden a las necesidades específicas de cada tipo de piel y cabello.
Weleda sigue innovando y reinventándose para responder a las expectativas de los consumidores, respetando al mismo tiempo sus principios fundacionales. Al desarrollar productos cada vez más eficaces y ecológicos, la marca se impone como un modelo de excelencia en el ámbito del cuidado natural de la piel.
Gracias a colaboraciones con expertos, laboratorios independientes y asociaciones ecologistas, Weleda perfecciona sus procesos para ofrecer productos para el cuidado de la piel cada vez más responsables y eficaces.
Con más de un siglo de experiencia, Weleda sigue siendo un referente en el cuidado natural y orgánico de la piel. Su enfoque único, inspirado en la antroposofía, le permite diseñar productos eficaces, saludables y respetuosos con el medio ambiente. Tanto si buscas un producto reparador, como una crema hidratante o un tratamiento capilar, Weleda tiene la solución adecuada para ti. ¡Confía en la naturaleza, confía en Weleda!