Una verruga es un pequeño tumor benigno de la piel que puede desarrollarse en casi cualquier parte del cuerpo, principalmente en las manos: verrugas comunes, bajo los pies: verrugas plantares, en los genitales y en la cara.
Hoy sabemos que son de origen vírico (más de 70 virus diferentes, generalmente pertenecientes a la familia del VPH o virus del papiloma humano) y que existe una gran variedad de tipos, en función de su localización y de la edad del sujeto.
En la mayoría de los casos, el organismo desarrolla sus propias defensas contra los virus responsables, y las verrugas desaparecen espontáneamente. En casos extremos, puede ser necesario consultar a un dermatólogo o cirujano.
Las verrugas están muy extendidas entre la población y afectan a todas las edades. Sin embargo, suelen ser más frecuentes en los niños que en las personas mayores.
Relativamente frecuentes, se localizan principalmente en la superficie dorsal de las manos y los dedos, aunque rara vez son palmares.
De aspecto estrecho y alargado, se encuentran con mayor frecuencia en la cara, cerca del pelo y de las zonas de afeitado.
Afectan principalmente a niños pequeños y adolescentes, pueden persistir de varios meses a varios años y a menudo desaparecen espontáneamente.
Las verrugas plantares se hunden poco a poco en la carne bajo el peso del cuerpo y pueden ser muy contagiosas.
Es una lesión que suele ser única, bien circunscrita, salpicada de puntos negruzcos y a veces dolorosa a la presión.
Verrugas en mosaico que se localizan en las plantas de los pies, pero también en las manos y alrededor de las uñas, y se presentan como manchas de piel engrosada cubiertas de múltiples lesiones superficiales que no son dolorosas.
Una verruga periungueal (alrededor de la uña) que se ulcera o modifica la uña debe ser vista por un dermatólogo para descartar un cáncer de piel que pueda adoptar el aspecto de una verruga.
Las verrugas que se forman en los genitales son en realidad condilomas genitales o vegetaciones venéreas. También se conocen como crestas de gallo.
Las verrugas cutáneas están causadas por los virus del papiloma humano (VPH). Estos virus suelen escapar al sistema inmunitario y dan lugar a pequeños tumores benignos. A pesar de la regresión espontánea de las lesiones en muchos casos, los pacientes buscan tratamiento. Las terapias disponibles son numerosas y variadas.
La Organización Mundial de la Salud estima la prevalencia mundial de las infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) en 660 millones de personas. Cuando los epitelios de la piel están infectados, las lesiones suelen aparecer en forma de verrugas, excrecencias benignas de la piel formadas por una intensa proliferación de células en la dermis, que pueden adoptar diversas formas morfológicas y se localizan principalmente en las extremidades del cuerpo y en la cara.
Así evitarás el contacto con el virus del papiloma responsable de la aparición de verrugas. Existen sandalias para piscinas y playas, pero las chanclas funcionan igual de bien. En otros lugares, acostúmbrate a llevar siempre zapatos o zapatillas de tenis, sobre todo en los gimnasios.
Si alguien en tu casa tiene una verruga, recuerda no usar su toalla, ya que la verruga también puede transmitirse por contacto indirecto.
Lavarse las manos con regularidad ayudará a prevenir la formación de verrugas en los dedos. Y para quienes tienen la mala costumbre de arrancarse la piel alrededor de las uñas, asegúrate de dejar de hacerlo, ya que al virus del papiloma le encanta aprovechar microlesiones como éstas para infiltrarse e incubarse.
Los exfoliantes pueden evitar que los virus se infiltren, manteniendo a raya las verrugas. También pueden ayudar a prevenir los pies agrietados y la sequedad.
Entre el 70 y el 80% de las personas sexualmente activas están infectadas. La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es una infección de transmisión sexual muy común que afecta tanto a mujeres como a hombres y es la causa de varios tipos de cáncer.
La homeopatía es un método curativo natural que se utiliza desde hace más de 200 años para tratar diversas afecciones, incluidas las verrugas cutáneas. Las verrugas son tumores benignos de la piel que se desarrollan cuando el virus del papiloma humano (VPH) penetra en el organismo. Tienen muchas formas y tamaños y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
La homeopatía es una alternativa natural a tratamientos tradicionales como la cirugía, la crioterapia y la quimioterapia, que pueden ser dolorosos y caros. Su objetivo es tratar a la persona en su totalidad, teniendo en cuenta no sólo su estado físico, sino también sus emociones y su historial médico.
Para tratar las verrugas cutáneas con homeopatía, es aconsejable consultar a un profesional sanitario formado en homeopatía. Este profesional puede evaluar el estado de la persona y recomendar un medicamento homeopático específico basado en sus síntomas y características individuales.
Un medicamento homeopático común utilizado para tratar las verrugas cutáneas es el antimonium crudum. Esta sustancia suele recomendarse para las verrugas que son secas y ásperas y suelen aparecer en el dorso de las manos y los pies. Otros medicamentos homeopáticos utilizados habitualmente para tratar las verrugas cutáneas son arsenicum album, causticum y thuja occidentalis.
Es importante tener en cuenta que la homeopatía puede tardar en ser eficaz y los resultados pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, muchas personas afirman haber observado una mejora significativa de sus verrugas mediante el uso de medicamentos homeopáticos.
Además de tratar las verrugas existentes, la homeopatía también puede utilizarse para prevenir la aparición de nuevas verrugas. Pueden tomarse regularmente medicamentos homeopáticos como arsenicum album y thuja occidentalis para reforzar el sistema inmunitario y ayudar a prevenir la aparición de verrugas.
También se recomienda una rutina saludable de cuidado de la piel para ayudar a prevenir las verrugas.