Los chupetes se recomiendan a menudo por su capacidad para tranquilizar y calmar a los bebés. Estimulan el reflejo de succión, que es naturalmente calmante para los niños pequeños. También pueden reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) cuando se utilizan durante el sueño. Además, para los bebés que necesitan un consuelo adicional entre comidas o durante los periodos de llanto, los chupetes pueden ser una forma excelente de tranquilizarlos sin recurrir a una alimentación adicional.
Hay varios criterios clave a la hora de elegir un chupete: el material del que está hecho, el tamaño adecuado para la edad del niño y la forma de la tetina. Los chupetes suelen ser de silicona o de látex, y cada material tiene sus ventajas. La silicona es duradera y fácil de limpiar, mientras que el látex es más suave pero puede desgastarse más rápidamente. Es fundamental elegir un chupete de la talla adecuada a la edad del bebé para evitar cualquier riesgo de asfixia. En cuanto a la forma, existen modelos ortodónticos diseñados para preservar el desarrollo natural de la mandíbula y las encías del bebé.
El uso prolongado de chupetes puede influir en el desarrollo dental del niño. Los estudios demuestran que el uso frecuente de chupetes más allá de los dos o tres años puede provocar malformaciones dentales o cambios en la estructura de la mandíbula. Por lo tanto, es aconsejable limitar el uso del chupete a medida que el niño crece y consultar periódicamente a un odontopediatra para controlar cualquier posible cambio.
Para garantizar la seguridad y la higiene de los chupetes para lactantes, deben esterilizarse con regularidad. Antes del primer uso, y periódicamente después, el chupete debe sumergirse en agua hirviendo durante cinco minutos o utilizarse con un esterilizador adecuado. También es importante sustituir el chupete cada dos o tres meses, o en cuanto aparezcan signos de desgaste, como grietas o desgarros en el material.
Para los padres que buscan alternativas a los chupetes tradicionales, existen opciones como los anillos de dentición o los juguetes de succión especialmente diseñados para niños pequeños. Estas alternativas pueden ofrecer un nivel similar de comodidad y, al mismo tiempo, facilitar la dentición. Es esencial asegurarse de que estos productos están fabricados con materiales seguros y no tóxicos y cumplen las normas de seguridad infantil.
En general, se considera seguro dejar que un bebé se duerma con un chupete. Las investigaciones sugieren que el uso de chupetes durante el sueño puede reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Sin embargo, es importante asegurarse de que el chupete esté siempre limpio y en buen estado, y de que ninguna parte del mismo pueda desprenderse para evitar cualquier riesgo de atragantamiento.
La mayoría de los expertos coinciden en que lo mejor es empezar a utilizar un chupete una vez que la lactancia materna esté bien establecida, generalmente entre 3 y 4 semanas después del nacimiento. Así se evita la confusión entre el pecho y el chupete, que podría interrumpir la lactancia en algunos bebés.
Para ayudar a su hijo a dejar de usar chupete, empiece por limitar gradualmente el tiempo que tiene acceso a él, sobre todo durante el día. Anímele a utilizar el chupete sólo cuando vaya a dormir. También es útil reforzar positivamente el abandono del chupete celebrando los hitos sin chupete, por ejemplo ofreciéndole recompensas o actividades especiales.
El uso prolongado de chupetes para bebés puede asociarse a riesgos como problemas de desarrollo dental, incluidas maloclusiones o deformidades del paladar. Se recomienda reducir o interrumpir el uso del chupete en torno a los dos años de edad para minimizar estos riesgos. Consulte a un odontopediatra para obtener un asesoramiento personalizado.
Un chupete de calidad debe estar fabricado con materiales seguros y no tóxicos, no contener BPA ni ftalatos y cumplir las normas de seguridad vigentes. Debe tener forma ortodóncica para favorecer un desarrollo bucal sano y disponer de un escudo con orificios de ventilación para evitar irritaciones cutáneas. También es importante que sea resistente, sin piezas desmontables que puedan suponer un riesgo de asfixia.