Un aceite esencial contiene una elevada concentración de moléculas aromáticas. En raras ocasiones, para una aplicación puntual o localizada por ejemplo, un aceite esencial puede aplicarse puro sobre la piel. Sin embargo, la mayoría de las veces, cuando la aplicación se prolonga, el número de aplicaciones se multiplica o la piel se vuelve frágil, se hace imprescindible una dilución previa en un portador adecuado. El portador, generalmente un aceite vegetal, reduce la agresividad de un aceite esencial, al tiempo que le aporta sus propios beneficios. Los aceites vegetales (A.V.) también revelan todas sus virtudes en la alimentación.
Por tanto, es esencial elegir el medio adecuado. Algunos aceites vegetales son especialmente adecuados para la piel sensible de los bebés, mientras que otros complementan perfectamente la acción del aceite esencial. La elección del aceite vehicular depende del perfil del usuario (edad, estado de la piel, etc.), de la afección a tratar y de la vía de administración del aceite esencial. Algunos aceites vegetales están especialmente indicados para uso oral, como el aceite de nuez o el aceite de oliva.
Un aceite vegetal se extrae de las grasas de ciertos frutos oleaginosos (nueces, avellanas, almendras, etc.), huesos (albaricoque), semillas (uva) o incluso pipas (sésamo). Al igual que los aceites esenciales, los aceites vegetales cumplen normas estrictas. Al igual que en el caso de un aceite esencial, la calidad de un aceite vegetal se comprueba mediante cromatografía. Cada aceite vegetal virgen tiene una tarjeta de identidad que contiene toda la información necesaria para una correcta trazabilidad: país de producción agrícola, almacenamiento, informes de análisis del aceite.
Los aceites vegetales contienen muchos elementos. Todos ellos son beneficiosos para la planta y la hacen extremadamente resistente:
La naturaleza de los ácidos grasos difiere de un aceite vegetal a otro. Algunos, como el aceite de girasol, tienen un alto contenido en omega 6, mientras que otros, como el aceite de colza, tienen un contenido especialmente alto en omega 3.
La mayoría de los aceites vegetales son difíciles de almacenar; son productos frágiles, sensibles al aire, la luz y el calor. De hecho, los ácidos grasos contenidos en los aceites pueden oxidarse bajo la influencia de determinados factores, transformándose en moléculas potencialmente tóxicas para el organismo. Este fenómeno de oxidación suele provocar un cambio en el color o el olor del aceite. La mayoría de los aceites vegetales pueden conservarse varios meses a temperatura ambiente en un lugar fresco y oscuro. Sin embargo, algunos son mucho más sensibles a la oxidación y deben conservarse en el frigorífico una vez abiertos. Es el caso del aceite de borraja y del aceite de semilla de algodón. Una vez abierto el frasco, la adición de vitamina E ralentizará el proceso de oxidación.
Para garantizar su eficacia, los aceites vegetales deben cumplir estrictas normas de calidad. Al igual que los aceites esenciales, se someten a rigurosos análisis, como la cromatografía, para determinar su composición exacta. Un aceite vegetal de calidad debe ser :
Los aceites vegetales son productos frágiles, sensibles al aire, la luz y el calor. Los ácidos grasos que contienen pueden oxidarse y producir moléculas nocivas. Este fenómeno de oxidación, reconocible por un olor rancio o un cambio de color, puede evitarse mediante :
Algunos aceites especialmente sensibles, como el de borraja o el de algodón, deben conservarse en el frigorífico.
Además de su uso en aromaterapia, los aceites vegetales son un componente ideal de una dieta sana. Ricos en nutrientes esenciales, ayudan a :
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