Un champú sin sulfatos es un tipo de champú que no contiene sulfatos. Los sulfatos son agentes espumantes utilizados habitualmente en los champús tradicionales para crear espuma y limpiar el cabello. Sin embargo, algunos consideran que los sulfatos pueden irritar el cuero cabelludo y el cabello, y causar daños a largo plazo. Los champús sin sulfatos suelen ser utilizados por quienes buscan reducir el daño causado por los productos químicos, o por quienes tienen el pelo teñido, y también hay champús sin sulfatos para pelo rizado u ondulado.
La composición de un champú sin sulfatos puede variar según la marca y el tipo de champú. No obstante, a continuación se enumeran algunos ingredientes que se suelen utilizar en los champús sin sulfatos:
Tensioactivos suaves: Los tensioactivos son ingredientes que ayudan a limpiar el cabello creando espuma. Los tensioactivos suaves, como la glicerina o el decilglucósido, se utilizan en los champús sin sulfatos para sustituir a los sulfatos y crear espuma, a la vez que irritan menos el cuero cabelludo.
Aceites y mantecas vegetales: Los aceites y mantecas vegetales como el aceite de argán, coco o jojoba se utilizan a menudo en los champús sin sulfatos para hidratar y nutrir el cabello.
Extractos vegetales: Los extractos de plantas como la manzanilla, la lavanda o la menta se utilizan para añadir propiedades calmantes e hidratantes a los champús sin sulfatos.
Proteínas vegetales: Las proteínas vegetales como la queratina o la ceramida se utilizan para fortalecer y proteger el cabello.
Aminoácidos : Aminoácidos como la cistina y la metionina se utilizan a menudo en los champús sin sulfatos para fortalecer el cabello y mejorar su textura.
Es importante tener en cuenta que la composición de los champús sin sulfatos puede variar y que algunos productos pueden contener ingredientes sintéticos, por lo que es importante leer detenidamente la lista de ingredientes antes de comprar un producto.
Hay varias razones por las que algunas personas deciden utilizar un champú sin sulfatos:
Hay varios criterios a tener en cuenta a la hora de elegir un champú sin sulfatos:
Compruebe la lista de ingredientes: Asegúrese de que el champú no contiene sulfatos, como lauril sulfato sódico (SLS) o lauril sulfato amónico (ALS).
Adáptalo a tu tipo de cabello: Si tienes el pelo seco, opta por un champú hidratante sin sulfatos que contenga ingredientes nutritivos como el aceite de argán o de coco. Si tienes el pelo graso, elige un champú que contenga ingredientes astringentes como la menta o la salvia.
Ten en cuenta la composición: algunos champús sin sulfatos pueden contener ingredientes sintéticos, así que evítalos si quieres un producto 100% natural.
La función del champú, sea natural o no, es limpiar. Si eliges un producto natural, debes evitar las sustancias químicas que no son buenas para el cuero cabelludo, el cabello o el medio ambiente.
Se trata sobre todo de los tensioactivos, las moléculas que limpian. Hay varios tipos, con distintos grados de abrasión y contaminación. Entre las listas de ingredientes, evitamos el "lauril sulfato sódico", el más utilizado porque es barato y crea una espuma generosa. Se prefiere la "betaína de coco", por ejemplo, o incluso los más suaves "glucósido de coco", "caprilil/caprilglucósido", derivados de azúcares vegetales y menos espumantes, aunque no por ello son limpiadores menos eficaces. La composición también debe ser rica en extractos vegetales tratantes, pero sin siliconas.
Sin estos aceites sintéticos formadores de película, el cabello puede resultar más crujiente al aclararlo. La decepción suele venir de una mala elección del producto. Si eliges una fórmula adaptada a tu cuero cabelludo y a tu tipo de cabello, el champú natural no lo vuelve áspero, al contrario de lo que se cree. Al contrario, hace que el cabello esté más y más sano con cada uso.
Los cosméticos naturales son muy concentrados y deben utilizarse en pequeñas cantidades, sobre todo los champús que se aplican sobre el cuero cabelludo. Demasiada cantidad puede desequilibrar la flora cutánea y la salud del cuero cabelludo y el cabello. Hay algunas reglas que se deben seguir, sea cual sea la fórmula limpiadora.
Emulsionar sobre el cuero cabelludo, añadiendo agua poco a poco. "Masajear suavemente, moviendo la piel bajo los dedos para activar la circulación, pero sobre todo, no frotar, de lo contrario irritaremos el cuero cabelludo y abriremos en exceso las escamas del cabello". Enjuagar la espuma con agua es suficiente para mantener los largos limpios y ordenados. El aclarado también es importante para un buen lavado. Debe ser lo suficientemente largo para eliminar todos los restos de champú.
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