Como la moral baja suele ir acompañada de ansiedad, no dudes en complementar tu tratamiento con un complemento alimenticio diseñado para combatir el estrés. El estrés, el nerviosismo, la fatiga laboral, la moral baja o la falta de motivación son síntomas que deben tenerse en cuenta al primer síntoma de desequilibrio.
Los complementos alimenticios pueden utilizarse para prevenir y tratar desequilibrios emocionales como la depresión, la ansiedad y el estrés. Los nutrientes más utilizados en los complementos para favorecer la salud mental son la vitamina B, el magnesio, la vitamina D y los omega-3.
Los complementos alimenticios naturales seleccionados por sus expertos farmacéuticos para el estrés y el nerviosismo se basan en la rodiola, la valeriana, la pasiflora u otros ingredientes con virtudes complementarias.
Es importante tener en cuenta que estos complementos alimenticios pueden ayudar a prevenir o tratar problemas emocionales, pero no son la única solución. Es importante consultar a un médico o profesional sanitario antes de tomar complementos alimenticios para tratar trastornos del equilibrio emocional. También es importante mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio con regularidad para favorecer la salud mental.
Un artículo publicado en la revista Quanta el 26 de enero ofrece un amplio panorama de lo que se sabe sobre el tratamiento de la depresión. En él se señala que durante décadas se ha atribuido la depresión a los bajos niveles de serotonina en el cerebro. Este neurotransmisor ayuda a regular los sistemas cerebrales, desde la temperatura corporal y el sueño hasta la libido y el hambre.
Durante décadas, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como el Prozac, se han recetado ampliamente para tratar la depresión debido a su acción para aumentar los niveles de actividad de la serotonina al ralentizar la captación del neurotransmisor por las neuronas. Una revisión bibliográfica publicada en julio de 2022 en Molecular Psychiatry examinó 361 artículos para establecer que "no hay pruebas convincentes de que la depresión esté asociada o causada por una disminución de los niveles o la actividad de la serotonina". Los investigadores señalan que según la literatura científica: "Las personas deprimidas no parecían tener una menor actividad de serotonina que las personas no deprimidas. Los experimentos en los que los investigadores redujeron artificialmente los niveles de serotonina en voluntarios no causaron depresión de forma sistemática. Los estudios genéticos también parecieron descartar cualquier relación entre los genes que afectan a los niveles de serotonina y la depresión, incluso cuando los investigadores intentaron considerar el estrés como un posible cofactor."
Sin embargo, entre los tratamientos basados en inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), algunos modifican las concentraciones relativas de otras sustancias químicas como el triptófano o el glutamato. Otra revisión de la literatura científica publicada en Frontiers in behavioural neuroscience "resume los efectos de la microbiota sobre la serotonina, la cinurenina y la vía indol de conversión del triptófano, relevantes para comprender la patogénesis del comportamiento depresivo". Este estudio también revisa los datos relativos a los efectos terapéuticos de los probióticos, en particular a través de la regulación de los metabolitos del triptófano.
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